LAS INCIDENCIAS Y SU EVALUACIÓN

Una vez los técnicos encargados de llevar a cabo las diferentes técnicas de diagnóstico han hecho su trabajo, es decir, se han realizado las correspondientes inspecciones conductivas, las inspecciones detalladas, las mediciones con equipos fuera de línea y el análisis de datos obtenidos en línea, se habrán detectado probablemente puntos con anomalías, que habrán sido reportados por los técnicos que han realizado las diferentes técnicas. Como además este es un trabajo continuo, continuamente se estarán reportando incidencias, excepto en el irreal caso de una planta en la que todo se encuentre en perfectísimo estado y no haya nada que esté funcionando fuera de su estándar normal de funcionamiento.

Este artículo está extraído del libro GUÍA 8 - MANTENIMIENTO PREDICTIVO, MANTENIMIENTO BASADO EN CONDICIÓN, de la Editorial RENOVETEC.

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Es el turno ahora de los analistas del tercer nivel del triángulo del diagnóstico. Son ellos ahora los encargados de filtrarlas, priorizarlas y generar las correspondientes órdenes de trabajo para mantenimiento.

El primer problema al que deben enfrentarse es a la forma en que las incidencias les son comunicadas. La organización debe diseñar un modo ágil y eficaz para que tal comunicación se produzca con la rapidez necesaria. En este sentido, hay que tener en cuenta que en pleno siglo XXI hay tecnologías suficientes y suficientemente económicas como para que esto se produzca de forma inmediata y en formato digital. Cualquier otra opción, y especialmente las que emplean el papel o la comunicación verbal, deben considerarse como obsoletas y no acordes con la era digital en la que vivimos, que tiene su grandes ventajas desde el punto de vista de la distribución y compartición de información.

Pero en seguida deberán enfrentarse al segundo reto: hay muchas incidencias que han sido reportadas por diferentes técnicos aplicando diferentes técnicas, tratándose en realidad del mismo problema. Incluso, la misma incidencia generada por la misma técnica puede haberse reportado dos o más veces, por lo cual, el segundo gran reto que tienen los analistas es a la eliminación de las incidencias duplicadas.

La tercera gran tarea que tienen cada día es verificar las incidencias una vez eliminadas las repetidas. Para ello disponen de diversas técnicas, como el análisis de los datos obtenidos por las diferentes técnicas, enviar a personal a hacer una verificación o desplazarse hasta el lugar donde se ha detectado el equipo o instalación que está funcionando de forma anómala para poder tener un mejor conocimiento de la situación.

Con ello, y con el conocimiento que debe tener del proceso y de la instalación en su conjunto, está en disposición de priorizar la incidencia antes de generar una orden de trabajo. Podrá en primer lugar cerrar la incidencia sin más, pero si no corresponde cerrarla, deberá analizar para decidir acerca de la gravedad de la consecuencia que podría tener en caso de que la anomalía detectada termine originando una fallo funcional, y de la tendencia que presenta. El análisis conjunto de gravedad y tendencia permitirá decidir el nivel de urgencia que presenta la incidencia. Y ya en último lugar debe generar una orden de trabajo teniendo en cuenta la prioridad determinada en su análisis y los plazos recomendados para esa prioridad.